Hoy hemos iniciado el verdadero viaje de exploracíon, visitando la ciudad de Sisimiut, la segunda ciudad más grande de Groenlandia. Habia oido hablar mucho de esta bonita ciudad, que todavía mantiene el aspecto de un pequeño pueblo de pescadores. Se encuentra a 75 Kms al Norte del Círculo Polar y es la ciudad más al Norte que mantiene el puerto libre de hielo durante todo el año.
Como todas la ciudades del Ártico sus casas son pequeñas, de madera, pintadas de vivos colores. Disfrutamos de un tour en autobús guiados por una joven local, de padres Inuit y Daneses, que nos ofreció una interesante explicación sobre la historia de la ciudad y la forma de vida de sus habitantes. Tenía un aspecto alegre y una complexión fuerte, típica de los Inuits, y su belleza la podéis apreciar en esta foto realizada por Theresa:
Nos explicó que ella, como buena groenlandesa, es una gran cazadora, y suele ir a menudo con su trineo de perros a cazar. Los perros son un animal imprescindible para los groenlandeses, pues los utilizan para sus desplazamientos en trineo durante el invierno. Los suelen tener atados en las afueras de la ciudad, para prevenir incidentes con niños y turistas, aunque los cachorros sí están sueltos. Son unos perros magníficos, muy fuertes y resistentes. Tuvimos la oportunidad de ver los suyos muy de cerca, algo que no se debe hacer con perros desconocidos, pues podrías tener un serio disgusto (por eso están atados).
La caza es parte fundamental de la forma de vida en Groenlandia, pero solo cazan lo que necesitan, nunca por placer. El año pasado no llegaron a consumir el cupo asignado de ballenas, pero es que no necesitaron cazar más. Tienen un gran respeto hacia la Naturaleza, y siempre le dan gracias después de cobrar una presa.
Sisimiut tiene un museo muy interesante, con numerosas herramientas, reliquias y arte local, así como algunas reconstrucciones de casas tradicionales.
Por la tarde realizamos un desembarco en Qimatuilyigssuaq ( 67˚09’N 53˚51’W) un bonito lugar en Frederik IX Land.
Tuvimos la ocasión de disfrutar de un tiempo magnífico, y de realizar un paseo por la zona. Nos dividimos en varios grupos, en función de la distancia que cada uno quería recorrer. Nosotros nos quedamos muy cerca, para poder hacer fotos tranquilamente.
Siempre nos han llamado la atención las plantas de algodón ártico, y en este lugar pudimos dedicarnos a fotografiarlas con calma.
Por supuesto, esto es una expedición, y tuvimos que atravesar peligroso torrentes de aguas heladas, como podéis ver en este video:
El día terminó con una bonita puesta de sol, que disfrutamos en la cubierta del barco, pensando el todo lo que todavía teníamos por delante en este viaje. Habíamos visto muchas fotografías de puestas de sol sobre icebergs, con bellos contrastes de colores fríos y cálidos, pero aquí no había ningún iceberg, así que nos conformamos con un barco que pasaba por allí:
No hay comentarios:
Publicar un comentario