martes, 19 de abril de 2011

Llegada al PN Torres del Paine

11-Abril-2011
Desde El Calafate a Torres del Paine hay un largo y aburrido camino. Y, además, hay que pasar la frontera para entrar a Chile. Para colmo, amaneció un día espléndido, soleado y templado, de esos días que no apetece nada pasarlos encerrados en el automóvil. Pero no teníamos alterntiva, así que emprendimos el camino con ansias de conocer sitios nuevos.
Hay un tema importante en este viaje: el abastacimiento de combustible. Hay pocas gasolineras y es necesario tener cuidado y planificar bien el trayecto. Nosotros fuimos derechos a Esperanza, donde  existe la última gasolinera en territorio argentino con garantías de que tiene combustible. A partir de ahí ya no hay posibilidad de repostar durante toda la semana que estaremos en el parque. Afortunadamente nuestra Kangoo "solo" gasta 10 litros cada 100 Kms, por lo que quizá podamos superar este reto.
Cuando dejamos la carretera principal para dirigirnos a la frontera la carretera se convirtió en camino de ripio, mucho menos cómodo pero con grandes posibilidades de ver animales.
 De hecho vimos muchas aves, incluyendo una extraña especie, muy esquiva, parecida a una avestruz pequeña, el ñandú petiso (Pterocnemia pennata).
 También vimos anades:
 Y tuvimos nuestro primer encuentro con los guanacos, esos curiosos animales parecidos a camellos:
 Cuando llegamos a nuestro alojamiento, la Hostería Las Torres, estábamos muy cansados, pero el ambiente agradable y la excelente cena contribuyeron a que recuperáramos fuerzas y saliéramos a ver el lindo ciero estrellado austral, con constelaciones desconocidas para nosotros.


Nota: nosotros habíamos reservado plaza en el refugio, pero ya se encontraba cerrado por fin de temporada y nos cambiaron a la Hostería. Evidentemente fue un cambio muy bien recibido y una sorpresa muy agradable, pues el servicio fue excelente.

El famoso glaciar

10-Abril-2011
Hoy era el día para ver el famoso glaciar Perito Moreno y todo tenía que salir perfecto, pues no teníamos otra oportunidad. Así que después de disfrutar de un bonito amanecer sobre el Lago Argentino y de un suculento desayuno, nos dirigimos hacia allí. 

 
El camino hacia el glaciar es de 90 Kms de carretera  asfaltada, con muchas curvas una vez que se entra en el parque. Más o menos a mitad de camino vemos unas grandes aves muy ceca de la carretera y paramos con cuidado para lo asustarlas. Eran tres caranchos, y uno de ellos estaba en el suelo comiendo lo que parecía una liebre. Esta escena ya era de por sí interesante, pero lo mejor estaba por venir: de repente aparece un armadillo que, sin titubear, se acerca a los restos de la presa y se los lleva, sin que el carancho haga nada por impedirlo. Todo sucedió en unos segundos, y me pareció que la pobre ave se quedaba muy molesta por la maniobra del armadillo.





Vimos muchas otras aves por el camino, como una enorme águila mora en lo alto de un árbol seco.


Justo antes de llegar al glaciar empezó a llover pero no de forma contínua, pues había muchos claros que dejaban pasar el sol, produciendo bellos arcos iris.

Como era fin de semana tuvimos que dejar el coche en un aparcamiento y tomar un autobús para ir al glaciar. Es una buena práctica cuando hay mucha afluencia de visitantes, parecido a lo que ocurre en el PN de Ordesa en temporada alta.

 
Y, por fin, conocimos al Perito Moreno. Bueno, si, está bien, pero es que hemos visto ya tantos glaciares en nuestros viajes que uno más no nos sorprende. Lo que tiene de bueno es que han construido una red de pasarelas que facilitan la visita y permiten bajar mucha altura para tener vistas casi desde la base del frente de hielo. Vimos caer bloques de hielo, muchos juegos de luces por el contínuo ir y venir de nubes, y disfrutamos todo el día de unos de los glaciares más grandes y fácilmente accesibles del mundo.


Como podéis suponer, hicimos cientos de fotos, que tardaremos un tiempo en seleccionar y procesar. Cuando tenga más ancho de banda subiré mejores fotos a este blog.

Llegada a El Calafate

9-Abril-2011  
Este es uno de esos viajes que siempre tienes en la lista pero que nunca se termina de realizar. Hasta ahora. Una de las razones por las que al final nos decidimos a emprenderlo fue la referencia de nuestro amigo Roberto, que vino el año pasado en esta época, y nos enseñó algunas de sus fantásticas fotografías. Además, nuestros amigos americanos Sara y John Stanford (los que nos slavaron la vida en el camping de Denali) vinieron un mes antes y nos dieron indicaciones muy valiosas. Con todas esas referencias y la imprescindible guía de Lonely Planet nos embarcamos rumbo a la Patagonia.
El viaje es largo pero no se hace muy pesado pues la mayor parte de las 12 horas de vuelo las pasamos durmiendo. En Buenos Aires tuvimos que cambiar de aeropuerto, pero el servicio de autobuses funcionó muy bien. Al llegar a El Calafate nos estaba esperando Andrés, de la agencia de alquiler de automóviles, que nos explicó con detalle el funcionamiento de la Renoult Kangoo, un vehículo amplio con gran capacidad de carga, muy indicado para cuatro personas con todo su equipaje.
La verdad es que el entorno del aeropuerto de El Calafate es un verdadero desierto, muy lejos de los bosques de ñires y lengas que esperamos encontrar en el viaje. Pero esta pequeña ciudad está ubicada a la orilla del Lago Argentino y le da un singular atractivo, especialmente si, como en este caso, nuestro alojamiento se encuentra a la orilla del lago.
Mañana tenemos un día especial, y todos deseamos que el tiempo sea benigno con nosotros.

viernes, 8 de abril de 2011

Objetivo Patagonia

8-Abril-2011
Hoy partimos hacia Argentina. En unas horas estaremos volando sobre el Atlántico, rumbo a El Calafate con escala en Buenos Aires. Nos esperan dos semanas de exploración en el Otoño patagónico. Hemos escogido estos días precisamente para disfrutar de los colores otoñales, que esperamos estén en todo su esplendor.
Iremos al Parque de los Glaciares, visitando el Perito Moreno, y haremos un trekking por el Parque de Torres del Paine. Son lugares emblemáticos que teníamos muchas ganas de conocer, y ya ha llegado la hora.
Esperamos tener suerte con el tiempo y contar con algún acceso a internet para ir contando en tiempo real nuestra aventura.

El regreso

28-Agosto-2010
El desembarco se realizó con muy buen tiempo y fue como siempre: abrazos, besos, despedidas. Hemos conocido a gente extraordinaria y hemos sido protagonistas de un viaje único.
En seguida volamos hacia Dinamarca, disfrutando de unas vistas aéreas impresionantes de la costa Oeste de Groenlandia.


Al llegar a Copenhague nos alojamos en un hotel cercano al aeropuerto. Nuestro avión a Madrid salía el dia siguiente por la tarde así que teníamos toda una mañana para ver algo más del país. Elegimos Helsingor, para ver su impresionante castillo de Kronborg, patrimonio de la humanidad desde el 2000.


Como siempre lo que más me gustó fue el interior, esas grandes salas muy bien conservadas, con las mesas dispuestas para un gran banquete:

Fue un día tranquilo, soleado, que nos sirvió para volver poco a poco a la civilización. Después de tantos días en el Àrtico no podíamos volver directamente a Madrid, pues el choque podría ser mortal.

Durante el vuelo de regreso a nuestro hogar estuvimos pensando en el siguiente viaje, o más bien los siguientes, pues cada vez hay que planear con más anticipación los viajes. La pregunta que nos hacíamos  era : ¿iremos al hemisferio Sur o al Norte? Bueno, ¡pronto lo sabremos!

jueves, 7 de abril de 2011

Itilleq

26-Agosto-2010
Hoy es el último día del viaje y hemos pasado la mañana navegando hacia el fiordo Itilleq (66º31'N 59º30'W). Es un fiordo muy poco visitado, con muchas islas, canales y lagos. Además, posee interesantes restos arqueológicos. Pero hemos tenido mala suerte con el tiempo y ha estado lloviendo durante la breve visita que hemos realizado ya por la tarde.

De vuelta al barco hemos aprovechado para cenar y hacer las maletas, pues mañana desembarcamos. Pero no ha sido fácil, porque la mar estaba muy brava y el barco se movía tanto que casi todos los pasajeros se quedaron en sus camarotes. Yo me dirigí al bar, para tener la última tertulia con los compañeros de viaje, pero me lo encontré vacío.

Así que fui al puente de mando, para ver desde allí el movimiento del barco.


¡Y vaya si se movía! El espectáculo era impresionante, pero no apto para gente propensa a los mareos.

miércoles, 6 de abril de 2011

Ilulissat

25-Agosto-2010
Hoy hemos visitado la ciudad de Ilulissat (69º13'N 51º'6W), uno de los lugares más esperados en este viaje. Y no por la propia ciudad, con 4.000 habitantes y unos 2.500 perros, pues es una ciudad grande para los tamaños de Groenlandia, sino por un fiordo cercano donde termina uno de los glaciares más activos de todo el hemisferio Norte.
Así que, después del desayuno, nos han dado una bolsita con la comida y nos hemos dirigido, por un camino muy bien señalizado, al famoso fiordo. Al llegar al mirador no hemos podido ver mucho, porque había una densa niebla ocultando el paisaje.

Pero teníamos todo el día, así que hemos esperado pacientemente a ver si despejaba. Y poco a poco se fue levantando la niebla, dejando ver los picos más elevados de los icebergs.

Este fiordo tiene 40 Kms de largo y está lleno de los bloques de hielo que se desprenden del glaciar. HAce muchos años el glaciar llegaba justo hasta este lugar, pero el cambio climático le ha hecho retroceder, de forma que los bloques de hielo se quedan aquí apiñados, hasta que se abren paso hacia el mar abierto o se derriten. Es un lugar tan especial que ha sido declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
El paisaje es tan alucinante que te puedes estar horas simplemente sentado viendo las infinitas formas de los icebergs.

Nosotros tuvimos mucha suerte y, mientras esperábamos a que levantara la niebla, vimos una bandada de gansos sobrevolar el hielo:


Cuando la niebla nos dejó ver todo el paisaje la escena se mostró espléndida.


Nosotros nos dedicamos a fotografiar y disfrutar de la vista mientras tomábamos nuestro almuerzo. Otros miembros de la expedición se arriesgaron con un viaje en helicóptero por todo el fiordo, y tuvieron mucha suerte pues pudieron verlo en toda su extensión y esplendor.
Pero todavía quedaba mucho más: por la tarde, ya sin niebla ni nubes, fuimos a dar un paseo en las zodiacs por el borde exterior del conjunto de icebergs, donde quedan atrapados enormes bloques de formas imposibles.





Parecían enormes catedrales de hielo, reflejando la luz con todos los tonos del azul.
Por supuesto, no faltaron las ubicuas aves marinas:


Habíamos visto muchas fotografías de Ilulissat, que en Groenlandés significa precisamente"iceberg", y después de este día creo que es uno de los lugares que justifica plenamente el viaje a Groenlandia.


Anything more wonderful than the polar night does not exist.
It is a dream-like sight. It is a light poem of all the finest and most delicate tones of the soul.
Fridjof Nansen

martes, 5 de abril de 2011

Eqip Sermia

24-Agosto-2010
Hoy ha sido un día muy especial por varias cosas. Vayamos por partes. Durante la mañana hemos realizado un gran recorrido sin paradas con destino al glaciar Eqip Sermia (69º47'N 50º35'W). No ha sido una mañana aburrida pues hemos disfrutado de una charla de Theresa sobre la estrategia de supervivencia de las plantas en el Artico y otra de Snowy sobre la supervivencia de las aves en ese entorno. Además, hemos disfrutado de muy bellos icebergs:

Después de comer hemos llegado al glaciar, que tiene uno de los frentes más impresionantes de toda Groenlandia.

Para llegar al frente hay que seguir un estrecho fiordo, donde los bloques de hielo son cada vez más abundantes, hasta que a unos 1000m del frente ya no podemos avanzar más y echamos el ancla.

Durante el trayecto hemos observado muchas aves marinas, cuyo número va  aumentando hasta justo debajo del frente. Esto es debido a que el contacto del agua dulce que se derrite del glaciar con el agua salada del mar provoca unas condiciones favorables para los organismos de los que se alimentan las aves. Por eso siempre podemos ver muchas aves cerca de los glaciares.

El espectáculo del glaciar es impresionante: nos subimos a la cubierta más alta del barco para obtener una mejor perspectiva y ver algo más del glaciar.

En seguida nos preparamos y nos vamos a las zodiacs para realizar un crucero por el mar helado.

El hielo es cada vez más denso y se hace muy difícil avanzar. Por fortuna el expedition leader, mostrando una gran habilidad, nos abre un estrecho canal donde podemos ir avanzando lentamente.
Pero lo tienen lo del kayak, que tienen que luchar con todas sus fuerzas para avanzar metro a metro sobre el hielo.

Por fin llegamos a una zona libre de hielo y podemos observar a placer el frente del glaciar, de unos 5 Kms de largo. Es uno de los glaciares de Groenlandia que más hielo desprende al mar: tiene 15 Kms de largo y su base está a 1000m de altitud sobre el nivel del mar. Avanza con tanta fuerza que su frente sufre la acción de las mareas, y se pueden observar desprendimientos con mucha frecuencia.


El glaciar está constantemente crujiendo, y ese sonido se oye perfectamente por el absoluto silencio que nos rodea.
Poco a poco nos vamos acercando al frente, siempre manteniendo una distancia prudencial, y nos vamos dando cuenta de sus inmensas dimensiones. Aquí podemos ver un pequeño barquito que utilizan para los turistas:

Cuando volvemos al barco nos espera la segunda atracción del día: el chapuzón polar. Esto consiste en ponerse el bañador y lanzarse al mar helado, volviendo rápidamente al barco antes de congelarse. Dicen que es una experiencia interesante, pero nosotros ya lo hemos hecho muchas veces en Finlandia, después de la sauna, y preferimos esta vez  mantenernos secos y templados.

La tercera atracción del día es la barbacoa. En todos estos viajes siempre hay una cena en cubierta, en tono festivo, como si fuera una despedida entre amigos. Como siempre, lo pasamos muy bien, y disfrutamos de una BBQ ártica con vistas al glaciar.

Ha sido un día muy emocionante, lleno de experiencias árticas.


To dine with a glacier on a sunny day is a glorious thing and makes feasts of meat and wine ridiculous.
The glacier eats hills and drinks sunbeams.
John Muir

lunes, 4 de abril de 2011

Qilakitsok & Qaarsut

23-Agosto-2010
Qilakitsoq (70º36'N 52º12'W) que se traduce como Donde el Cielo esta bajo, es un pueblo abandonado en el que, en el siglo XV, 6 mujeres inuitademás de un niño y un bebé, fueron enterrados con especial cuidado. Como era costumbre  fueron vestidos con ropa de invierno para el largo y frío viaje a la tierra de los muertos, y se les proporcionó las herramientas necesarias para sobrevivir en el más allá. 
El lugar está situado en una pequeña y recogida bahía, muy protegida de las inclemencias del tiempo.


La tumba se colocó por encima de la aldea, a gran distancia de las demás y, gracias a su localización, los cuerpos se conservaron muy bien. 

El aire seco, la baja temperatura del suelo  una roca sobre la tumba los protegía del viento, el agua, la luz del sol y la nieve, y con el tiempo los cuerpos se  momificaron. Las momias están en el museo de Nuuk, pero el sitio todavía contiene los restos de numerosas casas de la cultura Thule. 
Desde la tumba se tiene una bonita vista de la costa y del pueblo, un bonito sitio para descansar.


Muy cerca, dentro de una roca a modo de cámara funeraria, se pueden ver  restos humanos:


El lugar transmite tranquilidad y paz. Desde un punto elevado se puede apreciar el profundo color turquesa del mar en la bahía.


Por la tarde visitamos  Qaarsut (70º44' N 52º38' W) una pequeña población raramente visitada. Sus habitantes subsisten de la caza y la pesca. Es una típica población inuita, de las más pequeñas y modestas que hemos visto.


Cuando llegamos nos estaban esperando en la playa para recibirnos con sus trajes de fiesta. Nos daban la mano y nos preguntaban nuestro nombre.


Por supuesto, fuimos a ver a los perros, pero esta vez fue diferente: nos dieron unos trozos de carne para alimentarlos. Había que decir algo así como "¡Hora de comer! pero en groenlandés, para que no se asustaran. Aunque creo que no logramos recordar con exactitud la frase, fue una curiosa experiencia.



Pero lo más interesante fue conocer a dos personajes muy peculiares: una señora inuita que había ganado varias veces un concurso de trineo de perros, que nos invitó a un café y galletas en su casa, y que nos enseño con orgullo sus numerosos trofeos.



Y un cazador de 70 años de edad que nos enseño el kayak con el que estuvo cazando hasta hace pocos años, y que le construyó su padre de forma artesanal.


Por supuesto, no faltó la exhibición de kayak:


Como esta población recibe muy pocas visitas, nuestro barco llamó la atención de los niños. Estaban tan excitados que tuvimos que hacer una excepción y los llevamos a visitarlo. Cuando volvieron estaban muy contentos pues habían ido por todo el barco, parando especialmente en el puente de mando. 



Nos sentimos tan bien en Qaarsut que quisimos hacer una entrevista para dejar constancia de lo amable y atentos que habían sido sus habitantes: