20 Enero 2012
Hace muchos, muchos años, cuando los teléfonos eran fijos y las cámaras fotográficas utilizaban carretes de película, estuvimos en el parque nacional de Yellowstone. Fuimos a finales del Verano, casi principios del Otoño, y combinamos en el viaje otros parques como Grand Teton y Glacier. Pero fue Yellowstone el que nos fascinó.
En los centros de visitantes del parque vimos libros y postales donde aparecía Yellowstone cubierto de nieve y, como ya saben quienes nos conocen, decidimos que algún día volveríamos en Invierno. Tuvimos que cambiar de siglo para que surgiera la oportunidad: un compañero de FONAMAD nos invitó a un viaje organizado por Nature Photography Adventures, así que nos unimos al pequeño grupo de fotógrafos españoles para esa gran aventura.
La duración del tour por Yellowstone era de una semana, muy pocos días para todo el tiempo que se tarda en llegar allí, por lo que decidimos pasar la semana anterior en un lugar cercano, practicando el esquí de fondo y aclimatándonos al frío. El lugar escogido fueron las Wade Lake Cabins que, como su nombre indica, se encuentran al lado del Wade Lake.
Llegar a ese lugar no resulta sencillo: hay que alquilar un coche en Bozeman, alquilar los esquíes, comprar la comida, y viajar unas 150 millas al Sur; entonces se deja el coche en un lado de la carretera y se espera a Dave. Nosotros llegamos justo a tiempo y Dave ya nos estaba esperando con la motonieve preparada, así que nos pusimos los esquíes, colocamos todo nuestro equipaje en un carrito tirado por la motonieve y vimos cómo Dave desaparecía camino de las cabañas. Nos esperaban 8 millas de esquí de fondo para llegar a nuestro destino. Si queríamos un sitio perdido, desde luego lo habíamos conseguido.
La cabaña era sencilla pero funcional; los aseos y duchas estaban en una cabaña cercana. Lo mejor de todo es que éramos los únicos huéspedes, por lo que pudimos disfrutar de todas las instalaciones sin agobios.
El Wade Lake se encontraba a pocos metros de la cabaña: estaba congelado en su mayor parte, pero justo donde estábamos nosotros desembocaba un río con aguas templadas que impedían que se congelase la superficie. Este hecho era fundamental, pues toda la vida animal se concentraba en este sitio.
Llegamos al atardecer y, después de dejar el equipaje en la cabaña nos fuimos al lago, a explorar. Fue entonces donde vimos la familia de nutrias que tenían su hogar en el lago. Nos quedamos allí hasta que ya casi fue de noche, disfrutando de los juegos y alegres movimientos de esos asombrosos animales.
En todo el tiempo que estuvimos allí disfrutamos de la tranquilidad, de la nieve, del esquí de fondo, y de la vida salvaje del lago. Una experiencia fascinante, que quizá repitamos otro año.
En este video he intentado condensar lo que vimos y experimentamos. Espero que os guste.
Y si queréis ver más fotos podeis ir a esta dirección:
http://outdoors.webshots.com/album/582376184pDKlWQ
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