La mayoría de los viajes a la Antártida se quedan por encima del círculo polar, donde las condiciones son más benignas. Viajar más al Sur del paralelo 66º33' implica un viaje más largo y cierto riesgo, pues nunca sabes las condiciones que vas a encontrar. Nuestros guías han decidido que vamos a ir directos al Sur, para aprovechar al máximo la estancia por debajo del círculo polar, lo que implica que vamos a pasar un día entero viajando por mar abierto -ya sabéis, mareos y malestar general. Durante la travesía asistimos a interesantes charlas sobre glaciares y pingüinos, y tenemos la oportunidad de ver enormes icebergs con formas caprichosas cinceladas por el agua y el viento:
Al cruzar el círculo los guías nos sorprenden con una curiosa ceremonia: el rey Neptuno nos obliga a besar un pez, tras lo cual seremos bendecidos en esta travesía. Es una forma divertida de pasar un día que, de otra forma, habría sido un poco aburrido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario