13-Feb-2010
Nuestro primer desembarco lo realizamos en Half Moon Island (62º 35' S, 59º 55' W). Todos estamos nerviosos, y también un poco cansados pues hoy hemos tenido que levantarnos una hora antes. Está nublado y nevando, pero esto le da un ambiente más "antártico" al desembarco. Seguimos escrupulosamente todas las instrucciones de los guía y "voilá" ya estamos en medio de una pinguinera.
En la playa nos dan la bienvenida unos machos jóvenes de focas, con los que hay que mantener cierta distancia porque enseguida se ponen agresivos.
Como está nevando hay mucho barro, y los pingüinos se manchan el plumaje al subir por las rocas a los nidos. Hay un contínuo ir y venir de pingüinos desde y hacia el mar; se diferencian muy bien, porque los que vienen del mar están muy limpios.
Me llama mucho la atención la dificultad que tienen en sus desplazamientos, pues tienen que cubrir grandes distancias y salvar importantes desniveles. Muchas veces realizan saltos un poco temerarios:
Los pinguinos siempre me han llamado la atención: soportan unas condiciones extremas, tienen que desplazarse largas distancias sobre tierra -un medio que no les resulta nada cómodo- y cuando llegan al mar, su verdadero elemento, tienen que evitar ser comidos por las focas leopardo. Y, sin embargo, parecen felices, con una expresión de estoicismo muy peculiar.
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