Hoy ha amanecido nublado, con riesgo de lluvia, nada que ver con el día soleado de ayer. ¿Qué se puede hacer en un día lluvioso? Pues visitar museos. Uno de los más cercanos a Copenhague es el castillo de Frederiksborg, en la ciudad de Hillerød.
Tomamos un tren para llegar a Hillerød; afortunadamente el transporte público funciona estupendamente y llegamos puntualmente sin ninguna dificultad.
El castillo es impresionante, situado a la orilla de un lago, con un bonito jardín: desafortunadamente el cielo nublado no queda bien en las fotos por lo que nos dedicamos a fotografiar detalles del exterior:
Este castillo fue construido entre 1560 y 1630, y se le considera la mayor representación del renacentismo danés.
Pasamos el día paseando por sus amplias habitaciones y largos pasillos, disfrutando de sus pinturas y demás objetos artísticos.
Me llamaron la atención dos cosas: las paredes de la iglesia del piso superior estaban repletas de escudos de armas de casi todos los países. Este de Islandia me gustó por su lema:
La otra cosa que me gustó fueron las mesas dispuestas con alimentos en los comedores, tan bien hechos que casi parecían reales:
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