jueves, 3 de junio de 2010

Port Lockroy


19-Feb-2010
Esta tarde ha sido muy especial, pues hemos realizado muchas actividades y el tiempo ha sido muy bueno. Primero visitamos Port Lockroy, al oeste de la isla Wiencke, en el archipiélago de Palmer. Fue descubierta por Charcot en su expedición de 1903-5, y debe su nombre a Èdouard Lockroy, un político y mecenas francés.
El puerto es relativamente pequeño, con dos lugares interesantes: Goudier Island y Jougla Piont. En Goudier Island se encuentra el refugio restaurado British Antartic Survey (BAS).



Estuvo ocupado de 1944 a 1962, y se restauró en 1996, permaneciendo abierto como museo durante el verano austral.


Tiene una pequeña tienda de recuerdos y libros de la zona, y la oficina de correos más al Sur del mundo. ¡Cada verano de envían desde aquí más de 80.000 cartas y postales!
En este lugar existe una amplia colonia de pingüinos Gentoo, con la que realizan estudios sobre el impacto de los turistas en esos animales. Por ahora, parece que el efecto de los turistas es positivo, pues mantienen alejados a los depredadores, haciendo que la proporción de pingüinos que llegan a la edad adulta sea mayor que en las zonas no visitadas.
Los pollos están constantemente chillando y persiguiendo a los adultos para que les alimenten.



Como el refugio original es un poco frío están construyendo otro más acogedor para los voluntarios que pasan el verano aquí atendiendo el museo y la tienda. Por cierto, todos los beneficios de la tienda van a parar a la asociación de amigos de la Antártida.

El otro lugar que visitamos es Jougla Point, donde vimos miles de pollos de Gentoo. Son demasiado curiosos y basta con quedarse parado para que se acerquen y empiecen a picotearte. Algunos no habían visto nunca a un fotógrafo ni a una cámara fotográfica:



En este lugar encontramos el esqueleto de una ballena:

Los pingüinos estaban constantemente corriendo y saltando. En la foto siguiente, mientras Yolanda estaba esperando el momento oportuno para hacer una foto de un pingüino y una gaviota, pasó un ejemplar corriendo de derecha a izquierda. No podía creer que fuera a saltar, pero eso fue justo lo que hizo. Esta foto congela el momento en que se lanzó al vacio:

De vuelta al barco se llevó a cabo la ceremonia del chapuzón polar (Antartic Polar Plunge): muchos valientes se tiraron a las frías aguas y todos pudieron volver sanos y salvos al barco. Por supuesto, siempre estaban los monitores en la zodiac por si hacía falta rescatar a alguien.


El final del día no fue menos espectacular: nos sirvieron una barbacoa en cubierta, y pudimos disfrutar de una cena diferente en un lugar insólito:



Después de la cena y de los bailes nos quedamos disfrutando de los últimos rayos de sol en este bello rincón de la Antártida:



Aquí tenéis un pequeño video sobre esta experiencia:

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